HURGO

Busco en cada instante

el sentimiento del silencio,

mas se mantiene en sigilo.

Hurgo en mis sueños

para encontrarte,

pero largas son mis noches

de desvelo y extravío.

Despierto…

¡No encuentro,

las caricias enardecidas!

Se escondieron

en la tibieza del olvido,

inertes  quedaron.

Indago en los recuerdos,

¡pero están ausentes!

Mi memoria

se encuentra demente,

extravío los ayeres.

Deseo sentir tus besos

y tampoco los paladeo,

porque los suspiros

se encuentran afónicos.

Avanzo,

le pregunto al destino.

¿Qué ocurrió?

Pero el silencio, ¡me calla!

Me refugio en el tiempo,

remuevo la cenizas;

nada está escrito.

¡No éxito!He muerto.

© Magali  Aguilar Solorza

(Quiet Night)

‎Domingo/Mayo/31  ‏‎12:16:26 am

Autora mexicana

Publicado en Poemas del Alma, poema No 157

NO TE NECESITO

Éste silencio me calcina

te suspiro y te pienso.

La lejanía es un encierro

que prefiero aislarla,

porque te estoy amando

sin hacerme falta.

Eres ausencia

de mí sorprendente equivocación,

cometí un error… ¡haberte amado!

 Hoy, estoy  en soledad

recordándote y no me haces falta.

Pero está tranquilo,

que esta imperfección que tengo

se quedará en el  tiempo

resguardada del sentimiento,

alojada en mi mente…

tan sólo pensándote.

Y en vez de llorar tu carencia

te sumergiré en este mi afecto,

que te ahogará de amor.

Como la ves, ¡te sigo amando!

¡Suspirándote!, sin hacerme falta.

Eres la carencia de mi necesidad

la penuria de mi alma,

la escasez de mi vida

y la insuficiencia de mi afecto;

eres bruma

que asfixia al recordarte.

Cuando estoy

frente a la vastedad de la nada

añorando tu querencia,

sin tener la necesidad de tu existencia,

omito mi pensamiento,

porque lo tengo en abundancia

y no me haces falta.

© Magali  Aguilar Solorza

Domingo/Mayo/14/2015  ‏‎1:10:15 am

Autora mexicana

Publicado en Poemas del Alma, poema No 156

TE DIGO AL OÍDO

Mucho tiempo

fue ardiente verano,

mas la rutina,

se ha teñido de daño

y causa alejamiento.

Murmullos al oído

son suspiradas ráfagas,

que se elevan

avivando el pensamiento;

y nada.

El diluvio de unos ojos

c

   a

                            e cual cascada;

y nada.

Con excitante deseo,

en la profundidad

de la corriente más vasta

se busca, y es en vano;

¡y nada!

Sólo existe,

petrificado sentimiento

de perpetua complacencia

que naufraga en postrera edad,

arrebujado entre las sábanas

que arrullan el sueño

del abrumador tedio.

¡Qué remedio tiene!,

cuando el tiempo

hace estragos en la materia.

Nada… Sólo,

inteligir por amor.

© Magali  Aguilar Solorza

‎Viernes/Junio ‎5/ ‎2020 ‏‎9:40:14 pm

Autora mexicana

(El derecho moral está constituido 

como emanación de la persona del autor: 

reconoce que la obra es expresión de la persona 

del autor y así se le protege.)

Publicado en Poemas del Alma, poema No 155