No se puede...
Nunca podré arrancar
de mí
tu imagen tan
querida, formas parte
de lo más importante
de mi ser.
Renunciar a tu
recuerdo no puedo
de mi mente no te
logro borrar;
estás en mi respirar,
eres el aliento
que me da vida.
Tu recuerdo… me está dañando.
¡Lo sé! Para
olvidarte tengo que
aniquilar mi alma, mi
ser, sacarte
de mis venas, ¡pero
es imposible!,
formas parte de mi
historia; y esa,
permanecerá por
siempre escrita,
tatuada en el tiempo.
Me quedaré enganchada en ella,
añorando el pasado,
¡es malo, lo sé!
Pero esos momentos
fueron... los más
alegres, ¡fui
dichosa! Sé que perderé
la oportunidad de
crecer, de existir
en una vida plena,
pero que importa…
si vuelvo a vivir la
alegría perdida.
Aunque para muchos sería
un círculo vicioso;
para mí fue
y sigue siendo lo más
hermoso,
lo más valioso.
Escribiré una carta
pero no para
olvidarte, será para
recordar esas horas
que marcaron
nuestro tiempo y
fundieron
nuestros cuerpos.
Porque has pasado a ser parte
de mis privilegiados
recuerdos.
Mi mar de duda se
esfumó
como la bruma y…
aunque la vida
no es clara, siempre
nos tendrá olas
de sorpresas.
Sabes una cosa…
el tiempo no ha
logrado
que te olvide.
© Magali Aguilar Solorza
(Quiet Night)
Marzo/20/2009 6:45
pm- Mayo/29/2009 8:42 pm
mexicana
(El derecho moral está constituido
como emanación de la persona del autor:
reconoce que la obra es expresión de la persona
del autor y así se le protege.)
Publicado en Poemas del Alma, poema No 139
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