Si pudiera decirte, todo lo que este
loco corazón siente por tu amor;
comprenderías cuanto te amo.
El tenerte a mi lado, es lo más maravilloso
que me ha pasado… Tu compañía, es como
los cálidos rayos de sol que me despiertan
cada día, al llegar la aurora.
Tu imagen se refleja en las cristalinas
gotas de mis lágrimas, que mis ojos
derraman, llenos de felicidad.
Amor, vivo pensando en todas esas horas
que juntos pasamos. Eres un torbellino
de emociones, el huracán de mis
deseos más fervientes.
El verde de los campos da vida,
a los caminos de ilusión que habremos de seguir,
por el sendero de nuestra pasión.
Hoy, llegó el alba llena de candor
y despiertas llenó de ilusión, mi emoción
se conjugó con tu sentir, al palpar el latir
de tu frenético corazón.
Acaricio tu cara, veo en tus ojos esa chispa de amor.
Tu aroma se impregnó en mí ser,
eres oxígeno, para mi cuerpo sediento de ti.
Este amor que es sólo mío,
que me entregas al fundir tu cuerpo con el mío,
en la lava ardiente de nuestros deseos
al llegar la noche o al nacer el día.
El tiempo, ha sido testigo
de esta ferviente llamarada,
que por ti mi corazón desborda.
Cambiaste mi vida, al transformándola
en un ramillete de formidable colorido,
donde se impregna la luz del arco iris.
Juntos caminaremos,
por ese sendero de luz que has formado;
y yo, amorosamente he cuidado.
Aprendí junto a ti
los sinsabores y alegrías
de la vida. Me has enseñado a saborearlos,
porque es una delicia el repara los daños
y disfrutar los logros.
¡Sabes!
Tu cuerpo es un manjar suculento,
tus besos son el sabor del néctar
de frutos tiernos y jugosos…
Mmmmmmm ¡Ricos!
Eres un hombre lleno de bondades,
a ti clamo mis verdades.
La oscuridad de mi melancolía,
sé llenó, de la alborada de tu ambrosía.
¡Te digo algo!
Me enamoré de un buen mozo
fuerte y fogoso, pero sobretodo
un buen ser humano bondadoso.
© Magali Aguilar Solorza
Quiet Night
Lunes/Junio 8/2009 13:20 pm
Autora mexicana
(El derecho moral está constituido
como emanación de la persona del autor:
reconoce que la obra es expresión de la persona
del autor y así se le protege.)
Publicado en Poemas del Alma, poema No 141
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